Para Daniel Segudo
Cinco palabras me escribiste y con eso suficiente.
Es un pecado no responder tus
palabras con palabras
obedecer tus deseos con todo lo
que arde dentro de mí
aprovechar lo que hemos aprendido
para desgarrarnos
para lamernos y tocarnos donde no
se puede
donde la imagen del placer nos
sigue a donde vayamos
donde el cuerpo solo reclama.