miércoles, 28 de julio de 2010

Café sin azúcar

Ella estaba afligida, su voz me perturbó el sueño. Eran casi las 12 a.m. cuando descolgué el auricular y escuché una voz distante: Te espero en casa. Por unos momentos me sentí casado, o como si hubiese regresado a casa de mis padres en busca de refugio, cena, una cama, la perorata de papá y las burlas de mi hermana. Llegué pronto al lugar. Mis pupilas se dilataon, no sé si fue por la iluminación tan fuerte o porque nunca la había visto usar una blusa sin brassier. Entramos. Ella se dirigió por un vaso y sirvió café. La cajera nos observaba con atención y yo nervioso contemplaba la oscuridad de la ciudad.

Estábamos parados, decidí servirle un vaso con agua mientras esperábamos, no podía ser grosera. Entonces comencé mi relato: Te desperté esta noche por la misma razón por la que no dormí ayer, él. Leí unas líneas inquienantes en su blog. Creo que ha sufrido, pero es su culpa, yo nunca perdono más de tres. En ese momento dejé de escucharla, me estremecí, sentí miedo. Por eso te pedí que vinieras, quiero ver tu reacción. Al tiempo que decía eso tomó un sobre de azúcar, lo abrió y se bañó con este, sólo contemplaba el suave oleaje de miles de granulitos caer sobre supecho y piernas. Ahora soy más dulce, exclamó.

Han pasado varios meses y todavía no entiendo su falta de exitación. Yo en su lugar le habría roto la camisa. No todos los hombres somos iguales, me apresuré a responder...jugaba con un popote. Y mientras ella tiraba mi agua al suelo dijo: lo sé. Inmediatamente sirvió un café, con actitud demantante me dio un sobre de azúcar al tiempo que no apartaba la mirada de mi camisa. Ahora tomarás tu café siempre negro.

2007. (inspirado en el día que un exnovio me pidió que tuviera modales, era un capuccino, un capuccino de las panaderías del Globo)

lunes, 12 de julio de 2010

Estúpido Dolor

Estúpido dolor, en vez de ser mi aliado
te largaste igual que él
Le has dado el poder de conjugar letras
y a mí sólo me has dejado leerlas.
Pero hombres hay muchos
y dolores como el tuyo que debería ser mío
andan por ahí pintados en el concreto.
Sí, a las mujeres poetas les gusta besarse entre ellas
escribirse cuentos que provocan escupir en cubetas,
y manejar bólidos cargados de promesas
porque aunque invisibles, arrollan a cualquiera.
Bien pintado y desparramado estás tú
para no asomarte te escondes
entre tanta rima disonante.
Pero está bien, refúgiate en tus cuatro paredes
corre en círculos, huye del tiempo
y ojalá que cuando estés triste te coja el miedo.
Estúpido, estúpido, estúpido dolor
porqué no vienes a dañar mi corazón
acaso tanto no eras ya un huésped distinguido
acaso te han ahuyentado estos latidos.
Estúpido dolor, déjalo ya,
que se ahogue en sus razonamientos teóricos
que se embriague de formulitas nuevas
que sus compañeros lo miren con envidia
que se desespere haciendo celdas
él no te necesita, sabe el camino a la sabiduría.
Te necesito yo.
pero qué loca soy,
tal vez él no te quiera dejar en libertad.
Púdranse los dos en un rincón
mientras me reproduzco en la imagen
de sus ojos en un colchón.
Así es, yo tengo la manera fácil de ser eterna en vida.
En cambio tú, no podrás verlo ni muerto
no crees en el cielo
como tampoco creíste en mis desvelos.

'07

lunes, 5 de julio de 2010

Sin título

No sé utilizar las lavadoras europeas
en un lunes tan aburrido imposible
encontrar inversión mejor que escribirte
cartas desde mi casa sin hornillas.

Todo tranquilo por la ausencia de ruido
imposible saber si estoy en el baño,
en la cocina, lavando, subiendo escaleras...
a veces la madera rechina sin clandestinidad.

Nada es más grande que la distancia,
las calles cerradas, vacías, sobretransitadas
mis sentimientos tristes y lejanos
dónde estás por que te extraño tanto.

Inicios del '09, Francia